En el país se producen alrededor de un millón de accidentes viales por año. De ellos, 200.000 son considerados de gravedad. Y, según un informe realizado por el Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV), cada persona que resulta herida en uno de estos accidentes graves representa para el Estado un costo promedio de u$s37.000: es decir que, en total, los siniestros viales les cuestan a los argentinos u$s7.400.000.000 por año.
El costo
mínimo social de u$s37 mil dólares por herido grave en Argentina incluye los
factores humano (vida, disminución permanente y temporal), vehículo, ambiente
(daño en estructura vial), salud pública (sin contar rehabilitación) y costos
administrativos legales. Si bien el número resulta impactante, es menor si se
lo compara con otros países de la región e incluso con Estados Unidos. Tal como
refleja el informe de la ISEV, el costo por cada herido grave en Perú es
similar al de la Argentina: u$s37.500. En Brasil, cada accidente se estima en
u$s45.000, una cifra idéntica a la del gigante norteamericano.
En términos
generales, la Unión Europea destina al año 200.000 millones de dólares a
cuestiones relacionados con la seguridad vial. España, para tomar un ejemplo en
particular, consigna casi el triple que Argentina al respecto: u$s21.000
millones. Es que, lógicamente, los accidentes de tránsito son una problemática
global: al año, mueren en todo el mundo más de 1,25 millones de personas en
siniestros viales.
Los datos
que aporta la organización Mundial de la Salud (OMS) muestran una situación aún
peor: establecen que el “costo que representa para los contribuyentes la
siniestralidad vial es un 3% del Producto Bruto Interno de cada país”. Si se
tomara, entonces, el 3% del PBI argentino el costo se elevaría a u$s16.000
millones, el doble de lo que estima la ISEV. Según la propia OMS, en los países
en vías de desarrollo se registran el 90% de las muertes por accidente de
tránsito. Y en términos viales, los más vulnerables son a su vez los que se
llevan la peor parte: la mitad de las muertes responden a peatones, ciclistas y
motociclistas. Se prevé que para 2030 los accidentes de tránsito serán la
séptima causa de defunción de la humanidad.
Es que,
lejos de mejorar, las perspectivas parecen empeorar año a año. En 2017, el
índice de siniestralidad vial en Argentina aumentó un 21,5% con respecto de
2016, lo que dejó un 9,2% más de muertos en accidente y subió en 16,6% los
heridos graves. El 40,9% de las víctimas mortales fueron jóvenes de entre 16 y
30 años, según el ISEV.
Informe
Según los
datos difundidos por el Observatorio Vial de la Cecaitra (cámara que representa
a los productores de software vial en nuestro país), la mitad de los argentinos
cree que aquí se producen más accidentes de tránsito que en el resto del mundo.
Por otra parte, sólo un 3% considera que en Argentina se registran menos
accidentes que en otros países del globo. Además, un 36% cree que los
conductores argentinos tienen “bajo respeto” por las normas de tránsito. Sólo
un 14% considera que es “alto o muy alto” y el 49% ni alto ni bajo. El resto se
repartía entre el “no sabe no contesta” y el “muy bajo”.
Crédito:
ámbito.com