Música y pintura. Gustavo Grobocopatel cantó con su trío Cruz del Sur, en la muestra de pintura de su hermana Gabriela.
El apellido
se asocia a la soja, a la posmodernidad agrícola y a Carlos Casares, ciudad
donde la familia se quedó cuando construyó su fortuna y su fama. Pero los
“Grobo” también son artistas en su tiempo libre y aterrizaron en París.
Gabriela
Grobocopatel expuso sus óleos de horizontes pampeanos en el espléndido
edificio de la Alcaldía de París y su hermano Gustavo, con su trío Cruz del
Sur, acompañó el vernissage con sus triunfos, gatos y canciones bonaerenses,
que conforman un repertorio olvidado y valioso.
Allí estaban
sus padres, Adolfo y Edith, y otros familiares, diplomáticos franceses,
empresarios, el nuevo embajador argentino en París, Jorge Faurie, el ex
ministro Carlos Corach y su esposa Juanita, el embajador Rodolfo Martín Saravia
y su mujer Susana, recién llegados de Paquistán, entre muchos otros. El
programa se completa con una muestra en la Galería Argentina a partir del 3 de
mayo y un concierto del trío en la legación argentina.
Es la
primera muestra de Gabriela (Gaby) Grobocopatel en Francia, después de Buenos
Aires, Miami y Nueva York . “Es una emoción muy grande poder traer mi impronta
a París, cuando es tan local. Traspasar las fronteras con mi horizonte, con la
pampa, me llena de orgullo”, cuenta. “Me fascina el tema del horizonte. No solo
porque es el límite de todo lo que conocemos o desconocemos. Cuando lo veo,
pienso en el futuro, en los proyectos.” En 2015 viajo a París muchas veces. Sus
obras las pintó aquí, en un atelier de Montmartre. Los temas de sus cuadros a
menudo son las raíces, los surcos, la profundidad de la tierra y los árboles
solitarios. Los cielos bonaerenses continúan intactos, impactantes y
fantasiosos.
¿Cómo
compatibiliza su atelier en Carlos Casares, su trabajo de artista y el
directorio de los “Grobo”, el poderoso grupo económico de la familia?
“El arte me
conecta con mis emociones –dice– pero no descuido la empresa. Es mi realidad.
Soy accionista y directora. Pero hoy puedo decir que, en un 80 por ciento, soy
artista plástica”.
Cuando
preparaba su exposición en París, nació la idea de acompañarla con música
argentina. Así entró en la escena su hermano Gustavo, el gran productor de
soja, y sus dos amigos músicos, el guitarrista José Félix Boses y Héctor
Llanos, que forman el trío Cruz del Sur.
Este
ingeniero agrónomo de perfil aggiornado, que está ayudando en el proceso de paz
en Colombia para reconvertir a los campesinos en nuevos productores agrícolas,
está convencido de que el arte es una forma sublime de comunicación. Y lo
explica en estos términos, vinculándolo con su actividad empresaria: “Hoy el
liderazgo está vinculado a la comunicación. Creo que hoy el mánager de una
compañía tiene que tener pensamiento artístico. La educación artística en la
escuela no debe darse para que salga un guitarrista o un cantante sino como
formación básica de la gente. El pensamiento artístico ayuda a crear, a ‘mirar
afuera de la caja’. Es tan pensamiento como el matemático o el científico”.
Gaby y
Gustavo son dos hermanos que compiten y se ayudan, en la empresa y en la vida.
“Aprendimos de chicos a compatibilizar los roles. En la empresa, en una época,
Gustavo fue gerente mío –cuenta Gaby–. Cuando era hermana, nos retábamos o
celebrábamos cumpleaños”, recuerda. Para Gustavo, “Gaby ha hecho un proceso
parecido al mío. Esta etapa que atraviesa ahora de los horizontes, de la pampa,
tiene una paleta maravillosa. Está haciendo una exploración, es una gran
trabajadora. Eso está en los genes”.
Por
Maria Laura Avignolo desde Paris para Revista Cultura Ñ