En la Cuarta Sección Electoral hay lesionados a mansalva para rescatar. Las distintas fuerzas se preparan para el salvataje y la contención de una región malherida
Dos peso pesados
En el
sciolismo dicen que Julián Domínguez será ministro. Florencio Randazzo ya
desechó cualquier invitación. Para el oficialismo es necesario cobijar a estos
dos patrones seccionales. Randazzo domina Chivilcoy a través de Darío Speranza
y tiene ascendencia sobre varios dirigentes de la zona, como los diputados
Leonel Zacca y Graciela Rolandi (quienes terminan
mandato). A Domínguez
responden los alcaldes María Giannini (C. Tejedor), José Medina (Gral.
Arenales), Alexis Guerrera (Gral. Pinto) y Alberto Conocchiari (Alem); y
candidatos con muchas chances, como Darío Golía (Chacabuco) y Gerardo Berchi
(Florentino Ameghino), del espacio del senador Patricio García.Cuidados especiales
En Junín, si
Gustavo Traverso logra que lo acompañen los más de 7.500 sufragantes de
Santiago Aguiar puede pelear la intendencia. El FpV se encolumnará, pero además
algunos quieren tender puentes con el tercer frente (UNA) que encabeza el
intendente, Mario Meoni, para vencer al macrismo. En Bragado no todos los votos
que fueron a la interna local del FpV acompañaron a Daniel Scioli, y para colmo
parece irreconciliable la relación entre Aldo San Pedro y el derrotado Eduardo
Gatica (sacó 4.000 votos). Hay quienes sospechan de que Gatica le dé una mano a
su hermano Vicente, exitoso en la interna de Cambiemos.
Ambulancias encendidas
Pedro
Satragno y Germán Fernández (Gral. Villegas), Nicolás Olaberría (Lincoln); y
Martín Sotullo, Pedro Roig y Mario Ibarra (Trenque Lauquen) tienen entre todos
unos 11.000 votos que el kirchnerismo necesita resguardar. En Villegas, Scioli
salió tercero y todos los candidatos del FpV locales sumaron 1.500 votos más
que él; es un distrito a trabajar. Mauricio Martín y Saúl Bartoletti sumaron en
General Viamonte 3.574 votos, más de los 2.098 de la ganadora de la interna
Viviana Guzzo, y las diferencias internas son fuertes. No será fácil encauzar a
todos los votantes K.
Dominguistas en espera
Horacio
Delgado necesita que los 2.500 votos de Roberto Cambello vayan a toda la tira
del FpV en Nueve de Julio para tener chances. Con más posibilidades está Germán
Lago en Alberti, quien también requiere de los votantes de Sebastián Dafonchio
y Roberto Casentini (2.100). En Hipólito Yrigoyen, Jorge Cortés fue solo, y
puede ganar la Comuna. Los tres jugaron para Domínguez, y en el caso de Cortés,
en su distrito Julián le ganó a Aníbal por el 80%.
Todos en la misma sala
El primer
gesto de contención entre el PRO y la UCR lo dieron Ernesto Sanz y Emilio Monzó
en Junín, donde esperan alzarse con el municipio. La bajada de línea fue
trabajar todos juntos y tratar de sumar más votos que en las PASO, lo que le
permitiría ganar la reñida elección seccional. Además de pelear varias
intendencias, Cambiemos debe resguardar unos 15.000 sufragios de los perdedores
en las internas de Bragado (Celina Sburlatti), General Pinto (Emir Asorey),
General Villegas (Horacio Lorenzo y Diego Tellechea) y Trenque Lauquen (Claudio
Figal, Carlos Bilbao y Juan Pérez).
Asistencia compartida
En
Chivilcoy, los candidatos locales de Cambiemos, José Ferro (ganador), Luordes
Zaccardi y Luis Mariano sacaron la mitad de votos que los postulantes
presidenciales de la alianza. Fundamentalmente Mauricio Macri se vio favorecido
por un corte de boleta que acompañó la suya con la del candidato de UNA a nivel
local, Guillermo Britos. Una alianza soterrada que funcionó y, bajo cuerda, el
macrismo buscará potenciar para octubre.
Un caudillo para atender
En Nueve de
Julio, el intendente radical Walter Battistella perdió ante el macrista Mariano
Barroso, pero con unos 7.600 sufragios en su haber, que Macri no puede dejar de
lado de ninguna manera. La distancia entre ambos dirigentes locales es mucha, y
enderezar todo en una misma dirección es una dura tarea para la conducción
nacional y provincial de la UCR. Eso sí, el sector de Battistella debe defender
la boleta seccional, donde busca la reelección Jorge Silvestre. La Tecla