El automovilismo de luto, falleció

Durante la madrugada del martes 19 de mayo se produjo el deceso de Juan Carlos Pergolezi, hombre vinculado a la actividad zonal, en donde ha participado en TC Regional, Turismo 4000 Argentino y Procar 4000; siendo en estas últimas sus actuaciones destacadas al conducir una coupé Chevrolet que estaba con el mismo diseño del famoso "7 de Oro" que condujo su ídolo Roberto Mouras, en Turismo Carretera durante 1976.

Apasionado del Chevrolet y fanático de Roberto Mouras revivió al famosísimo 7 de oro auto con el cual Lucas Granja este año participara en el Turismo 4000 Argentino. Titular del JC Design ha sido responsable de la estética de muchos de los autos que hoy vemos participar en el TC, TCP, TCM y TCPM. El corazón de este incansable trabajador se detuvo y es por ello que todo el automovilismo está de duelo.


A modo de reconocimiento por lo que le ha dejado al automovilismo abajo y fuera de los autos, tomando prestados algunos párrafos de medios como Popular, entre otros dejamos plasmado quien fue este “tipo” pasional y acrismatico que tanta vinculación tenia con nuestra comuna, sobre todo con el ambiente fierrero.

Fanático de Roberto José Mouras.


Tocó el cielo con las manos cuando un auto emblemático adornó su bunker de Isidro Casanova. Fue en 2010 cuando Juan Carlos Pergolezi (48 años) recibió nada más ni nada menos que una Chevy que fuera guiada en los 70 y 80 por aquel ícono del automovilismo argentino. Restauró el Pina 7 (los autos que armaba Jorge Pedersoli llevaban esa denominación), una Chevy que acompañó sobre el asfalto al Toro de Carlos Casares. 'Lloré una semana seguida, la emoción era enorme. Me quedaba solo cuando se iban los empleados y no se pueden explicar lo que se siente. Fueron varias las noches que se caían las lágrimas, no lo podía creer", admite al recordar a esa Chevy de su ídolo en su taller.
Su fanatismo por el Toro asoma como inexplicable, según estima. "No me crucé nunca una mirada con él. Fue platónico. Mouras ganaba una carrera y me emocionaba. También me gustaba Emilio Satriano, pero el hecho de saber que el Toro era hincha de Chevrolet, hacía la diferencia", señala el piloto, quien corrió en karting, GTM, TC Regional, Pro Car 4000, TC Regional y Turismo 4000 Argentino.
Desde pequeño acunó el amor por el piloto que perdiera la vida en una competencia en el semipermanente de Lobos en 1992. "A la primera carrera que fui, me llevó mi viejo. Era 1976 (tenía 11 años) en la Vuelta de Monte. Mouras ganó con el 7 de Oro. Hoy todavía conservo el gorrito tipo Piluso del Toro de esa jornada", recuerda sin lograr que la emoción le gane. 

Su propio Museo


Si bien en Carlos Casares se levanta el museo que vigila la memoria por el Toro, Pergolezi tiene el suyo, con souvenirs, cuyo valor es impagable. "Tengo guantes de Mouras, plaquetas. Tengo guardado burletes viejos, que están todos rotos, tornillitos, todo lo que no servía de aquel auto, el Pina 7, que restauramos. Y, además, un abuelo me regaló un vaso de plástico del último asado en la peña de Pedersoli antes de que se mató", enumera y resalta: "Me quedó una tapa de baúl de ese Pina 7, que fue el auto que Mouras más quería, y fue el más ganador de todos los que manejó".
El amor por una marca, Chevrolet en este caso, la pasión por una actividad, el automovilismo, y la veneración por un piloto, Roberto José Mouras, marca a Juan Carlos Pergolezi, que llevaba la pasión por el Toro de Carlos Casares en la piel.

El 7 de Oro

Su veneración a Roberto Mouras hizo que la Chevy dorada que hizo famosa el Toro de Carlos Casares fuera parte de su ilusión. "Siempre quise tener pintado el auto como el de Mouras", confiesa Juan Carlos Pergolezi. "Siempre esperé que me tocara el 7 en un auto, y no el 9, porque era el número que llevaba cuando se mató en Lobos", admite.
Así, su historia con el dorado y el 7 arrancó en 2009. "En el TC Regional me queda el 7. Mi Chevy la dejé guardada, ya que me ofrecieron un Chevrolet 400 de Alejandro Martín. Con ese auto, sin proponérmelo, entré 7 en el campeonato y así armé mi auto para el año siguiente. Es que le saqué el polvo a la Chevy. Ahí armé la Chevy con el 7 de Oro", dice.
Así, aquel 7 de Oro corrió todo ese año. "La gente se puso como loca, se armó un gran revuelo por mi fanatismo y esto llegó a oídos de la gente que maneja el Museo de Roberto Mouras, en Carlos Casares. De hecho pedí permiso para hacerla. Así, hasta tomé las medidas de las publicidades de aquel auto de Mouras y con ello armé una réplica hasta con publicidades mías".
Poco a poco fue dejando una marca en los zonales. A tal punto se supo que había nacido otro 7 de Oro que "cuando me fui del TC Regional al Turismo 4000 Argentino, la gente no quería que cambiara el auto", recuerda.

Pero, el boom más grande vino después. "Cuando fuimos con el 7 de Oro al Pro Car debutamos en una carrera doble, con pilotos invitados; había 45 autos en el circuito 12 del Gálvez. La 15 (la hinchada de Chevrolet) fue también y la gente le sacó fotos al auto todo el tiempo", relata el casanovense y agrega: "Era una clasifica sola, no pude clasificar por un tornillo que se zafó de la caja de velocidades. Por eso largué 44; en una carrera llegué 11 y en la otra 13. Pero lo increíble fue que al final me llevaron en andas. No lo podía creer".