Agua en Buenos Aires: un mapa no potable

Arsénico, desbordes cloacales y falta de presión son condimentos que presenta el agua en la Provincia. Mientras los usuarios reclaman, ABSA puja por un aumento de tarifas, y el gobierno anticipa un plan de obras

La audiencia pública convocada por el Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires (OCABA) para evaluar el futuro aumento tarifario de ABSA trajo al ruedo un conflicto añejo en la Provincia: la falta de potabilidad del agua en distintos puntos del territorio. También dejó al descubierto las desproporciones del actual cuadro tarifario, y la falta o retraso de las obras necesarias para ordenar el servicio.

El punto más caliente del mapa sigue siendo la zona oeste, donde municipios como Lincoln, Bragado, Pehuajó, Carlos Casares, Chivilcoy  y Nueve de Julio, entre otros, soportan la intrusión del arsénico en porcentajes superiores a los permitidos por la Organización Mundial de la Salud y el Código Alimentario Nacional. Según estos parámetros, el máximo permitido es de 0,01 mg por litro.
En Buenos Aires, el porcentaje observado llega al 0,05, debido a que las autoridades establecieron cinco años de gracia para readecuar estos parámetros al sistema de purificación. Pero en los hechos se han descubierto numerosos casos de Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una enfermedad que se expresa con problemas en la piel y cánceres de pulmón y vejiga, entre otras alteraciones de la salud.
 “Hay varios amparos promovidos por vecinos de Lincoln para que se adecuen estos porcentajes”, indicaron usuarios de dicha localidad. Para el gobierno, éste es un problema geológico, imposible de revertir. Y propone como plan la perforación de nuevos pozos. El inconveniente es que la superexplotación de éstos impide que se logren depositar las sales minerales, lo que vuelve a provocar una falta de potabilidad en esas sustancias.
En el caso del Conurbano, donde ABSA tiene incidencia en los municipios de Berisso, Campana, Cañuelas, Ensenada, Escobar, Florencio Varela, General Rodríguez, José C Paz, La Plata, Magdalena, Malvinas Argentinas, Marcos Paz, Merlo Moreno, San Miguel y San Vicente, el problema tiene otras características, aunque en algunas comunas se ha detectado presencia de arsénico.
En estas comunas superpobladas, con escasa planificación urbana, el nitrato aumenta en el agua subterránea, debido a la proliferación de pozos ciegos mal hechos, sin control, que terminan desbordando. También influye la falta de mantenimiento de la estructura existente. La ingesta de nitrato es peligrosa especialmente para la población más vulnerable: lactantes y adul-tos mayores.
También se registran altos porcentajes de calcio y magnesio, dos sustancias que con el paso del tiempo ocasionan problemas en los riñones.
En la región del sur se destacan dos casos especiales. Uno es Villarino, donde los vecinos padecen la falta de agua y esperan que algún día se ponga en marcha el acueducto que conecta con el río Colorado. Y el otro es Bahía Blanca, donde la escasez de lluvia ha provocado que el dique Paso de las Piedras, encargado de proveer de agua a la región, se esté secando. Por períodos, los bahienses deben soportar agua con color y olor.
Finalmente, la zona que menos urgencias presenta es la región de la costa atlántica. Allí, las diferentes comunas presentan fundamentalmente falta de presión de agua. Esta situación se agrava durante la temporada alta, cuando se duplica la cantidad de agua utilizada.
A esta problemática se suma el pedido de aumento tarifario, por parte de ABSA, la empresa estatal que ofrece el servicio en 63 municipios. Tras dos audiencias públicas (una en San Cayetano y otra en La Plata), donde el reclamo de usuarios de toda la Provincia se hizo sentir con fuerza, se espera que el gobierno determine el porcentaje de incremento que autorizará a la prestataria. Existen además inconvenientes con el esquema de los cuadros tarifarios, que no re-visten una misma lógica para todos los usuarios.

Desde el Ejecutivo aseguran que esa instancia será revisada. Respecto de la situación de la potabilidad del agua, se espera que el gobernador Scioli envíe a la Legislatura el proyecto de ley integral de obras, confeccionado a partir del asesoramiento de la UNLP y del Sinidcato de Obras Sanitarias de la provincia de Buenos Aires (SOSBA). (La Tecla)